Por Gaby Cepeda

Con el propósito de
full disclosure, voy a comenzar con entera sinceridad: soy tremendamente fan de Lady Gaga, todo lo que hace me parece genial, significativo e increíble. También soy la más fanática de  esta era y jamás en la vida quisiera vivir en otra época que no sea la actual, con la expansión digital, el reino de la incertidumbre y la muerte de la propaganda del progreso.

Pero hablando de Gaguita, todos la conocen, todo el mundo sabe cómo se ve a pesar de que muta visualmente aproximadamente cada 15 minutos y al lado de Justin Bieber son quizá los únicos verdaderos fenómenos musicales masivos de la era hyper-digital y esa dicotomía me parece por demás jugosa. Que las únicas dos personas que venden discos en escala masiva -onda Beatles y Michael Jackson como los flojos comentaristas culturales siempre quieren resaltar- sea un nene cursi de 17 y una demente neoyorquina súper-sexual, es digno de un estudio más profundo.

En este sentido, un análisis crítico de la fragmentaria y construida imagen pública de Lady Gaga, reflejaría la evolución de las demandas proyectadas sobre las figuras públicas en esta década y lo que los artistas masivos hacen con eso. Esto es lo que pretende un sitio web llamado
Gaga Stigmata, donde jóvenes académicos de disciplinas como el arte, la literatura y la sociología, proponen y editan textos a partir de la teoría de género, la sociología de la fama, la religión, la censura, la relación Gaga-tecnología, el activismo, el posmodernismo, etc. Y como admiten en su información, tratan de "tomarse seriamente el descaradamente poco serio fenómeno del shock-pop y 'monstruo de la fama' conocido como Lady Gaga".

No es ninguna sorpresa que la teorízación de Lady Gaga alcance los ámbitos académicos, después de todo es evidente el complejo ensamblaje de referencias y apropiaciones que ella misma usa, acepta y de alguna manera masifica. Desde el típico ícono Madonna hasta Rainer Maria Rilke, el tejido cultural que la conforma da para un par de clases universitarias, como Lady Gaga y la Sociología de la Fama en South Carolina o Gaga por Gaga: Sexo, género e identidad en la Universidad de Virginia.

Ya en el 2010, Camille Paglia, la teórica social reconocida por sus estudios feministas y su crítica del pensamiento francés, tomaba las páginas de la revista dominical del diario inglés The Sunday Times, para despotricar el mito que apenas nacía. Desde su punto de vista, Gaga representa la muerte de la revolución sexual, la muerte del sexo. Gaga no es más que una muñeca o un robot, la tacha de fea y de poco digna de la herencia de Madonna -que a su vez resulta ser heredera de Marlene Dietrich, según la genealogía de Paglia. La acusa de todo y desde el subtítulo la llama "copiona asexual". Pero más desinformada y apáticamente, critica a  sus fanáticos como ilusos compradores de mentiras y robots de los gadgets que no conocimos a Janis Joplin o Tina Turner (¡hola youtube!).

Y bueno, ese mismo texto llevó a la descalificación de Paglia en numerosossitiosinformativos como una crítica social que está totalmente fuera de contacto con la sociedad actual. "You're old, Camille" fue mi primera reacción y comentario que no fue aceptado en el sitio.

Indudablemente el fenómeno Gaga tiene muchas aristas y crece al ser cuestionado y analizado mientras es alabado masivamente. Que si es un producto prefabricado por las disqueras, aplausos a las disqueras por finalmente descubrir como relacionarse con el público y hacer un producto relevante para esta década; que si Gaga es bocona y asume batallas que no le pertenecen -i'm looking at you, gay backlash- ni Cher asumió la batalla contra la discriminación como propia y por tanto masiva; y entre los únicos disfraces de Halloween alentados por el feminismo casi siempre encontramos una Gaga.

Hay mucha carne (¿tela?) de dónde cortar, esperemos -¡loslittle monsters!- que no desaparezca antes de hacer los bifes.
 
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Presentándose como el hijo joven y freaky del Net-Art y usando  como materia prima a la imaginería genérica de la world wide web, el Browser Art ha ganado protagonismo e integrantes en este #tuentieleven.


La subcultura del internet encarnada por los memes, 4chan, los chat rooms, los Internet Surfing Clubs, las imágenes de stock, la cyber-señalética y los encantadores gifs, terminó convirtiéndose en la nueva camada de artistas relevantes. Mientras los nada viejos Cory Arcangel y Ryan Trecartin ya habían echado mano de la estética digital global y de su contenido caótico y peripatético para crear su obra, son los artistas más jóvenes quienes incidieron directamente dentro del medio del browser para crear alternativas a las formas de navegación comunes -con sus homes, inboxes y escritorios- e inventar rizomáticas construcciones para el más maleable y democrático de los medios masivos.

En el 2010, Ryder Ripps lanzó dump.fm, un chat de imágenes en el que participan en su mayoría net-artists, estudiantes de arte e internet bums, cuyo lenguaje es principalmente el gif animado. Es en este chat donde Ripps conoció a Glass Popcorn a.k.a William Neibergall, un teen de 14 de años de Tempe, Texas. Una relación de mutua colaboración surgió y entre los numerosos proyectos que Ripps lleva a cabo, se decidió a hacer de Glass Popcorn una estrella pop mientras el mismo incursionaba en la performance musical con su propia boy band, los  #HDBoyz.

Hasta acá, es todo freaky/normal, pero surge la pregunta: ¿Qué género musical elegiría el creador de dump.fm -dios- para representar a la cultura visual web, hyper-regurgitada en la multiplicación de infinitos memes y gifs que no respetan ningún género ni contenido? Podrían ser reversiones de Lady Gaga o Bieber con la interminable cantidad de data dedicada a ambos o quizá algo parecido a M.I.A y sus vertiginosos beats globalifílicos para quien Ripps creó varios sites, ¿Cómo representar el caos anárquico de los gifs porno y la cultura pop glitcheada?

Por un lado Glass Popcorn se define como Trollstep, y previamente como Ironic Dubstep, aunque los blogs no han temido denominarlo el Bieber del Witch House. Mientras que los #HDBoyz buscan un pop más azucarado, súper procesado y con el brillo digital del auto-tune en latentes hits como “Photoshopped”, “Unzip” y “Let down yr Firewall (girl)”. Ambos se presentaron en vivo por primera vez en la clausura de la exposición Any Ever de Ryan Trecartin en el mismísimo MoMA PS1. Acá hay un video disponible de la performance de Glass Popcorn, pero de los #HDBoyz desaparecieron todos los videos de la web días después del show y ahora existe el rumor de llamar a un número telefónico y presionar 2 para escuchar sus canciones.

Tanto Glass Popcorn como la boy band de la era hyper-digital comparten un gusto por los vicios más extraños de la ropa deportiva, como los bodysuits de Under Armour, los lentes para sol Oakley, los zapatos deportivos indescifrablemente feos y la ropa Ed Hardy. De hecho, el primer éxito del joven Popcorn se titula “Ed Hardy” y el estribillo va algo como: “i go hard -- in my-- Ed Hardy” hasta el infinito digital copy-paste.

Re-Gaby 
@gabycepeda
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LaROTONDA ( Para dar la vuelta / Colaboraciones en circulo ) es un nuevo espacio dentro de la casa del NONE CERO en donde a través de nuestro primer intento por tener un sistema de colaboradores vamos a ir subiendo información esporádica, blogs, entrevistas, vídeos y curiosidades siempre con la intención de opinar y tomar postura como ejercicio para ir saliendo de la zona nublada procurando no caer en lo panfletarío.  
A nombre de la familia, les queremos dar la bienvenida a los nuevos 
NONE CERO BANDITS y agradecerles porque gracias a ustedes ya podemos poner en practica una frase que se mantenía oculta como nuestra ideología. 
"En los tiempos de la música independiente, colectividad creativa". 

en OCTUBRE2011 arrancamos la primer vuelta.